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El dolor. Parte IV. Dolores crónicos  

  • Por Sara Laporta Merino
  • 30 mar, 2019

El dolor musculo esquelético crónico es definido como dolor continuo en huesos, articulaciones y otros tejidos del cuerpo que persiste durante más de 3 meses. Es la principal causa de dolor y discapacidad en la sociedad actual, afectando al 20% de adultos, porcentaje que se estima que aumente en más del 50% para el año 2050. El dolor músculo esquelético crónico incluye tanto los diagnósticos que implican daño tisular (osteoartritis, fracturas, lesiones musculares…) como aquellos dolores de origen desconocido (dolor de espalda inespecífico, fibromialgia…).

Alrededor del año 1990, los scanner cerebrales introdujeron un importante cambio en la comprensión del dolor. Más allá de la teoría tradicional del dolor (desarrollada en la parte I de este artículo), se comienza a entender el dolor desde los cambios cerebrales funcionales y estructurales que surgen en las personas que sufren dolor crónico (sensibilización central, neuroplasticidad, señales de las citoquinas, etc…). En este mismo año, los factores psicológicos comienzan también a tomar importancia en la comprensión del dolor (catastrofización, expectativas de dolor, creencias, etc… ) Todas estas perspectivas relativamente actuales, han cambiado drásticamente nuestro entendimiento del dolor.

Como comentamos en la parte I y II de esta serie de artículos, el dolor es COMPLEJO y MULTIFACTORIAL. Independientemente de la causa (denominada patología primaria), el dolor crónico origina consecuencias comunes como el miedo al movimiento, catastrofismo, ansiedad, e hipersensibilización del sistema nervioso (denominadas patologías secundarias).

El proceso de recuperación no es lineal. Debido a la complejidad del dolor y a la cantidad de factores involucrados, la recuperación puede ser larga y la experiencia de dolor fluctuará con regularidad (tanto empeorando como mejorando). Los puntos que trataremos en esta tercera parte de la serie de artículos dedicados al dolor, serán muy relevantes en el proceso de manejo del dolor, y sobre todo,  en la recuperación, mantenimiento y mejora de la FUNCIÓN Y LA CALIDAD DE VIDA.

 

EDUCACIÓN Y DOLOR CRÓNICO:

Las personas con dolor crónico suelen mostrar interés por conocer más acerca de su dolor, causas y posibles soluciones. En lesiones agudas o tras una operación, los modelos tradicionales biomédicos han enseñado a la gente a cuidar sus tejidos. En cambio cuando se trata de dolor crónico, este acercamiento parece no resultar efectivo. Con motivo de proporcionar mejores resultados que los obtenidos a través de los acercamientos que tradicionalmente se han llevado acabo, nacen herramientas como la educación en neurociencia del dolor.

Enseñar a las personas como el dolor funciona desde un enfoque biopsicosocial ha demostrado conseguir una reducción del dolor, discapacidad, catastrofización y una mejora de la actividad física. Las personas que reciben educación en el dolor son capaces de integrar los conocimientos adquiridos para gestionar su problema, se hacen responsables y toman un rol activo en el manejo y  recuperación de su dolor.

Algunos investigadores se refieren a este hecho como “KNOW PAIN, KNOW GAIN” (conoce el dolor, conoce las ganancias), haciendo referencia a los potenciales beneficios y mejorías en la experiencia dolorosa y sus problemas adyacentes a través del conocimiento del propio dolor.

Por tanto, entender los procesos que originan el dolor supone un mecanismo eficaz para disminuir el dolor. Además, cuando la educación en el dolor es combinada con actividad  física, la intervención es superior que cuando se utiliza únicamente una estrategia educativa.

Son numerosos los factores que se asocian con un pronóstico negativo tras la aparición de dolor musculo esquelético: biológicos, cognitivos, sociales, comportamentales… Entre ellos, destaca especialmente EL MIEDO como uno de los factores más relevantes por los cuales en algunas personas, un dolor agudo termina convirtiéndose en crónico, aun cuando el tejido se encuentra completamente recuperado. Las personas más miedosas y que presentan pensamientos catastróficos sobre su dolor tras una lesión tienen mayor riesgo de desarrollar dolor musculo esquelético crónico. Estas personas suelen desarrollar conductas de evitación e hipervigilancia para “prevenir” una recaída.  Una de las consecuencias más perjudiciales de este temor es la denominada KINESOFOBIA, o miedo al movimiento. Desarrollaremos más este término en el próximo apartado.

La educación en el dolor a menudo tiene que comenzar por una “deseducación”, en la que se normalizan datos como los obtenidos en pruebas de imagen, y que como ya hemos comentado,  no tienen por qué estar relacionados con el dolor. Por ejemplo, imaginemos un cliente que nos cuenta que le acaban de hacer una resonancia donde sale una hernia discal. Un acercamiento eficaz poniendo en práctica los conocimientos que tenemos actualmente en el dolor, podría ser hacerle consciente de que el 40% de las personas sin dolor lumbar tienen protuberancias y similares, que las hernias pueden reabsorberse con el tiempo (generalmente en pocos meses), y que una misma persona que se someta a una resonancia magnética tumbado donde se visualizase una hernia discal podría repetirse la misma prueba pero realizada desde otra perspectiva y que la hernia no apareciese.

 Uno de los principales objetivos de la educación en el dolor será ver más allá de la correlación directa entre dolor y daño en el tejido, y concebir el dolor como  un marcador perceptivo de la de protección de los tejidos.  Cualquier percepción de daño en los tejidos puede incrementar el dolor, de la misma manera que cualquier percepción de seguridad en los tejidos puede disminuir el dolor. Para entender esto es importante distinguir entre los conceptos de NOCICEPCIÓN y DOLOR. Nocicepción y dolor no son lo mismo. Nociocepción son los mensajes o estímulos que superan cierto umbral activando señales de alarma en el sistema nervioso. El dolor es la respuesta de nuestro sistema nervioso a estas señales de alarma o estímulos nociceptivos.

Como vimos en las anteriores partes de este artículo, el “sistema de transmisión de señales de alarma” puede volverse muy sensible (lo que hará que sean recibidos muchos mensajes de peligro) pero siempre el cerebro será quien decida si debe producir o no dolor. De esta manera la respuesta de dolor es cambiante, y dependerá de diversos factores como por ejemplo durante cuánto tiempo se han recibido señales de alarma (nociceptivas), el contexto, etc…

Aproximadamente en una de cada cuatro personas el sistema de alarma se mantiene muy sensible tras una lesión o dolor agudo. Antes del inicio de dolor, el sistema de alarma toleraba muchas actividades, pero al volverse hipersensible multitud de acciones innocuas provocaran una respuesta en el umbral de alarma, generando señales de peligro. Como podemos observar en la imagen, el espacio que no desata la alarma se reduce drásticamente, y potencialmente, si no hacemos nada al respecto, aumentará el riesgo de que sea cada vez menor (seguro que has oído a alguien conocido que arrastre algún dolor desde hace algún tiempo “que le duele con todo, haga lo que haga”).

Es necesario desarrollar estrategias para “calmar el sistema de alarma” (en el gráfico correspondería a volver a una situación lo más parecida posible a “antes del dolor”). La educación, el movimiento y el ejercicio físico, serán algunas de estas estrategias.


Traducido de Lown,A; Zimney, K. et al (2016). The clinical application of teaching people about pain.

La educación en el dolor intentará transmitir que las experiencias de dolor pueden ser normales en la vida de cualquier persona, y que “a pesar del dolor” es fundamental marcarse objetivos, moverse gradualmente e ir aumentando los niveles de actividad de manera progresiva, con el fin de recuperar la funcionalidad y la calidad de vida lo antes posible.

Nos queda todavía mucho por descubrir y aprender sobre el dolor y sus mecanismos. Lo que si tenemos claro es que debemos explicar lo que sabemos a aquellos que sufren dolor crónico. Los estudios muestran que las personas que reciben educación en el dolor disminuyen su dolor y aumentan su funcionalidad (“a pesar del dolor”). El enfoque debe dirigirse hacia el establecimiento de objetivos, entre ellos recuperar, mantener y mejorar los niveles funcionales de calidad de vida, y centrarnos menos en el dolor.

EJERCICIO Y DOLOR CRÓNICO:

La inactividad física es un factor de riesgo para numerosas patologías como diabetes, cáncer, depresión, accidente cardiovascular, y también para EL DOLOR CRÓNICO. Estudios demuestran que las personas con moderados niveles de actividad física presentan menor dolor musculo esquelético. Mientras que el ejercicio físico reduce el riesgo de dolor crónico, la inactividad física es un factor de riesgo para el desarrollo de dolor.

Incrementar los niveles de ejercicio físico tanto a través del entrenamiento aeróbico como del entrenamiento de fuerza, beneficia a las personas con dolor crónico musculo esquelético, independientemente de la patología primaria (fibromialgia, dolor de espalda y cuello, artrosis…).

Los  beneficios del ejercicio físico se explican a través de numerosos mecanismos (físicos, biológicos, psicológicos y neurofisiológicos…):

-       Mejora de la función y rendimiento físico: fuerza, capacidad cardiovascular, masa muscular, mejora composición corporal, rango articular...

-       Mejora de la función metabólica: sensibilidad a la insulina, metabolismo de las grasas…

-       Mejora la salud cognitiva y hormonal: La práctica de ejercicio físico de forma regular ha demostrado reducir el estrés, depresión, ansiedad, mejorar el estado de ánimo y aumentar el bienestar tanto físico como psicológico. Durante y post-ejercicio se liberan hormonas y neurotransmisores como las endorfinas, dopamina, serotonina que reducen los niveles de fatiga, dolor e inflamación crónica.

-       Reducción del miedo al movimiento (kinesofobia), ansiedad y catastrofización.

-       Analgesia (eliminación de la sensación de dolor) inducida por el ejercicio. Disminución de la percepción de dolor y sensibilización (“bajar el volumen del dolor”).

-       Adaptaciones estructurales y funcionales en el cerebro. El ejercicio activa la inhibición descendente y disminuye la facilitación descendente (te recomiendo volver a leer la parte I si no recuerdas estos términos).

-       Efectos en el sistema inmune. Las citoquinas son proteínas producidas por las células que actúan como “mensajeros intercelulares” y modulan la inflamación, entre otras funciones. Existen citoquinas inflamatorias y antiinflamatorias. Las citoquinas inflamatorias activan los nociceptores (receptores de señales de alarma), mientras que las citoquinas antiinflamatorias reducen la actividad de los nociceptores. La inactividad física promueve una mayor proporción de citoquinas inflamatorias, mientras que el ejercicio físico cambia el balance hacia una mayor proporción de citoquinas antiinflamatorias.

Aunque sabemos que el ejercicio físico es un potente aliado contra el dolor crónico, como hemos comentado en numerosas ocasiones en este artículo, el dolor es MUY COMPLEJO y de naturaleza MULTIFACTORIAL. No podemos asegurar que ningún tratamiento vaya a ser definitivo en la supresión del dolor, y esta expectación por parte del paciente, en caso de que el dolor no desaparezca por completo, simplemente incrementará su ansiedad y frustración, contribuyendo a empeorar todavía más su condición.

Como problema multifactorial surge la necesidad de un acercamiento al dolor BIOPSICOSOCIAL, donde tanto los aspectos biológicos como psicológicos como sociales deben ser atendidos y tenidos en cuenta. Por lo tanto, cualquier ejercicio o actividad que mejore alguno de estos factores podrá potencialmente disminuir la experiencia de dolor.

En este sentido, las actividades “relajantes” como pilates, tai-chi, yoga o ejercicios en el medio acuático parecen a menudo más recomendables y aceptadas para personas con dolor, mayores, enfermas, frágiles… y aunque efectivamente este tipo de ejercicios pueda mejorar el dolor a través de vías psicológicas y sociales como la reducción de la ansiedad y/o aumento del bienestar, consideramos muy importante ver el BOSQUE y no únicamente los árboles.

Las personas con dolor crónico tienen algunas necesidades de gran importancia que SÓLO podrán ser satisfechas a través de la realización del tipo de ejercicio físico adecuado, adaptado a la persona que lo va a realizar, y sobretodo ESPECÍFICO para la adaptación requerida. Así se describe en uno de los principios básicos del entrenamiento: el principio de especifidad o SAID en inglés (specific adaptions to imposed demands, o adaptaciones específicas a las demandas impuestas). Obtendremos las adaptaciones específicas del tipo de ejercicio físico que desarrollemos. El principio de especifidad es clave en la elección del tipo de ejercicio físico idóneo cuando nuestro objetivo es mejorar nuestra salud. Si conocemos los marcadores más influyentes en la salud, tendremos que incluir habitualmente aquellos tipos de ejercicio que mayores adaptaciones vayan a provocar en la mejora de estos marcadores. Si quisieses aprender inglés, te apuntarías a clase de inglés. No a alemán, ni a chino.

Aunque a priori esto pueda parecer bastante lógico en la práctica nos encontramos que un porcentaje muy bajo de la población es consciente de la dirección de las actividades que elige, cuáles son sus beneficios y adaptaciones, y a menudo “la diversión” es la característica clave para la elección de un tipo de ejercicio sobre otro, y no sus efectos en la salud.

Una vez presentado el “principio de especifidad” y con esta reflexión muy presente sobre que factor dirige verdaderamente nuestras decisiones cuándo elegimos un tipo de ejercicio físico (diversión, salud componente social…) conozcamos que una de las necesidades prioritarias de las personas con dolor crónico es evitar el sedentarismo y todas las comorbilidades asociadas. Las enfermedades crónicas actuales (causantes del 92% de la mortalidad y discapacidad) están relacionadas fundamentalmente con el ESTILO DE VIDA Y EL SEDENTARISMO: obesidad, hipertensión, diabetes tipo 2, cáncer, etc…

¿SON LAS PERSONAS CON DOLOR CRÓNICO MÁS SEDENTARIAS?

 El dolor crónico produce miedo al movimiento, lo que se denomina KINESOFOBIA. La kinesofobia cursa con un temor excesivo y debilitante para desarrollar movimientos o tareas física debido a sentimientos de vulnerabilidad y miedo hacia una nueva lesión o recaida. Las consecuencias son mayor riesgo de empeoramiento y cronificación del dolor, así como discapacidad y disminución de la calidad de vida.

Sabemos que la inactividad física es un factor de riesgo en el desarrollo y mantenimiento del dolor crónico, mientras que el ejercicio físico disminuye el dolor y la disfunción asociada en personas con dolor crónico. Si las personas con dolor crónico comúnmente manifiestan KINESOFOBIA, adoptarán conductas muy sedentarias, lo que  no solo perjudicará más su propio dolor, sino que además como hemos mencionado anteriormente, las expondrá a un mayor riesgo de enfermedad y mortalidad por cualquier causa.

El dolor tiende a reducir drásticamente la actividad, pero también altera negativamente la manera en la que se mueven las personas que lo sufren. Estos cambios hacia patrones de movimiento deficientes parecen un mecanismo de “protección” para evitar el dolor y causan una distribución de cargas en los tejidos inadecuada que puede dar lugar a otras dolencias y lesiones, además de ineficiencia y dificultad para realizar tareas sencillas.

Uno de objetivos del ejercicio en personas con dolor crónico será restaurar la capacidad de movimiento, ir aumentando progresivamente la tolerancia de sus tejidos y evitar el sedentarismo. El entrenamiento de la fuerza prioritariamente, acompañado del entrenamiento de la capacidad cardiovascular, deben ser concebidos como la base de cualquier programa de ejercicio para la salud, puesto que provocan el mayor impacto en todos los marcadores relacionados con la mejora de la calidad de vida, la funcionalidad en las actividades de la vida diaria y la disminución del riesgo de enfermedad y mortalidad. NO PERDAMOS DE VISTA EL BOSQUE (marcadores más influyentes en la salud) por estar mirando unos árboles (el dolor).

Con la recomendación y práctica exclusiva de actividades “relajantes” tipo yoga o tai-chi, aunque puedan mejorar los niveles de dolor por vías psicosociales, nos estamos dejando fuera elementos CLAVE que deben ser prioritarios en cualquier programa de ejercicio. Esto no significa que ambos tipos de actividad no tengan cabida en un programa correctamente estructurado, simplemente no hay olvidar nunca los elementos imprescindibles que podrán ser complementados por infinidad de actividades dependiendo de los gustos, disponibilidad y demás características individuales de la persona para la cual este diseñado el programa de ejercicio.

De la misma manera, las actividades en piscina no son específicas del tipo de adaptaciones que buscamos, ni siquiera del medio en el que vivimos (medio terrestre, no medio acuático). Acabamos de mencionar como uno de los objetivos primarios del ejercicio en el dolor es restaurar la capacidad de movimiento y la tolerancia de los tejidos a la carga, lo que se conseguirá de manera más efectiva fuera del agua, en el medio donde desarrollamos nuestras vidas, el medio terrestre. Las actividades en el medio acuático pueden mejorar el dolor (igual que las actividades de tipo “relajante”), pero las mayores adaptaciones en la función muscular, ósea, y transferencia del entrenamiento a las actividades de la vida diaria se producirá en el medio terrestre. Aunque en casos específicos, las actividades en medio acuático puedan ser un punto de partida, siempre se debe ir evolucionando a ejercicios en el medio terrestre.

Debemos tener claro que el dolor lleva a las personas hacia la inactividad, introduciéndolas en un círculo vicioso donde la evitación del ejercicio y el sedentarismo provoca un desacondicionamiento general,  lo que provocará de forma directa que la persona reduzca aún más sus niveles de actividad física y por tanto empeore más su condición física. Esta retroalimentación negativa sedentarismo-condición física acabará desembocando en que incluso la actividades diarias más básicas desencadenen niveles de fatiga desmesurados, aumentando el riesgo de dependencia y empeorando drásticamente la calidad de vida: “me cuesta mucho, dejo de hacerlo” (necesito ayuda para hacer todo lo que ya no puedo hacer).

El dolor como problema multifactorial podría no mejorar a través de la práctica de ejercicio físico, pero la mejora de la condición física y funcionalidad en la vida diaria sin que empeore el dolor debe ser un objetivo prioritario a perseguir. De lo contrario, no solo aumentará el riesgo de empeoramiento del dolor, sino que además tendremos que lidiar con la aparición de multitud de problemas relacionados: sedentarismo y enfermedades asociadas, dependencia, fatiga, disminución de la calidad de vida, etc…

La incorporación de ejercicio físico no debería concebirse como solo un tratamiento, si no como una parte ESENCIAL de la vida de las personas. La realización de ejercicio físico mediante un programa de entrenamiento ADAPTADO al sujeto, con la intensidad y duración suficientes, independientemente de su edad, sexo y condición, conlleva incrementos significativos en la fuerza muscular, la capacidad cardiovascular, movilidad, habilidad motora, salud ósea (aumentos en la densidad ósea y disminución del riesgo de fracturas), autoestima y longevidad.

Todas las recomendaciones para el manejo del dolor, independientemente del origen, incluyen movimiento. Tenemos evidencia de que la actividad física es efectiva en la disminución del dolor en numerosas y diferentes condiciones: dolor de espalda, dolor de cuello, artrosis, fibromialgia…

El programa de ejercicio físico para la persona con dolor debe ser gradual, partiendo por encontrar movimientos que puedan realizarse sin dolor, o dolor mínimo. Para ello tenemos multitud de variables dentro del programa de ejercicio que podemos manipular hasta encontrar el ejercicio, carga, tempo, rango de movimiento, etc… adecuado para esa persona en particular. Desde este punto inicial, se irán progresando en las diferentes variables, aumentando gradualmente la carga, fuerza y tolerancia de los tejidos y contribuyendo a la desensibilización del sistema.

No te preocupes, OCUPATE. Ten un ROL ACTIVO en tu recuperación. ¡¡Maneja tu dolor a través del CONOCIMIENTO Y EL EJERCICIO FÍSICO!!

 

REFERENCIAS:

Baraki, A. (2016). Aches and Pains. The Aasgaard Company StartingStrength.com

Booth, J; Moseley, G; et al. (2017). Exercise for chronic musculoskeletal pain: A biopsychosocial approach. Musculoskeletal Care. 2017;1–9. DOI 10.1002/msc.1191

G. Lorimer Moseley and Butler. (2015). Fifteen Years of Explaining Pain: The Past, Present, and Future. The Journal of Pain, Vol 16, No 9 (September), 2015: pp 807-813

Kathleen A; Slukaa,B; Laura Frey-Lawa; Bementd, M. (2018).Exercise-induced pain and analgesia? Underlying mechanisms and clinical translation. International Association for the Study of Pain. September 2018·Volume 159·Number 9·Supplement 1. http://dx.doi.org/10.1097/j.pain.0000000000001235

Louw, A; Puentedura.; et al. (2016). Know Pain, Know Gain? A Perspective on Pain Neuroscience Education in Physical Therapy. J Orthop Sports Phys Ther 2016;46(3):131-134. doi:10.2519/jospt.2016.0602

Lown,A; Zimney, K. (2016). The clinical application of teaching people about pain. PHYSIOTHERAPY THEORY AND PRACTICE 2016, VOL. 32, NO. 5, 385–395 http://dx.doi.org/10.1080/09593985.2016.1194652

Luque-Suarez, A; Martinez-Calderon, J. et al. (2018).Role of kinesiophobia on pain, disability and quality of life in people suffering from chronic musculoskeletal pain: a systematic review. Br J Sports Med 2018;0:1–8. doi:10.1136/bjsports-2017-098673

Por Francisco Martínez Naranjo 20 sept, 2024
Si solo tienes tiempo para hacer un solo tipo de entrenamiento, elige entrenamiento de fuerza, por esta y otras mil razones.
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4003699/
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4621054/
https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/26501562/
Por Francisco Martínez Naranjo 09 abr, 2022

Si bien las formas de ayuno de las que hemos hablado en los puntos anteriores son las más extendidas y estudiadas, conforme la práctica del ayuno va ganando adeptos por todo el mundo se empiezan a explorar otras formas más extremas por así decirlo de practicar el ayuno. Estas formas están a día de hoy mucho menos estudiadas, particularmente en humanos, y por tanto, todavía no tenemos recomendaciones firme validadas por la ciencia s de la mejor forma de implementarlos (o simplemente si es buena idea hacerlos o no)

Ayunos prolongados

Por ayuno prolongado vamos a referirnos a periodos de ayunas que se prolongan más allá de las 24 horas de los cuales hablamos en la parte III de esta serie de artículos https://www.kaizenepn.es/articulos/if-parte-ii. Este tipo de ayunos suelen extenderse más de 36 horas, y algunos practicantes los extienden hasta los 5 días o más.

Las ventajas de esta clase de ayuno consisten fundamentalmente en un incremento de los niveles de autofagia significativamente mayores que los observados con formas de ayuno más cortas, con los subsiguientes posibles beneficios que esto puede tener para nuestra salud y longevidad.

También, esta clase de ayunos prolongados pueden servirnos para hacer un reinicio de nuestra flora bacteriana, haciendo una especie de “poda” intestinal de las bacterias dependientes de los alimentos que ingerimos, lo cual puede ser una opción atractiva para darle una solución rápida (o al menos aliviar rápidamente los síntomas) de gran cantidad de problemas digestivos que tengan su origen en una flora intestinal disfuncional, en lugar de pasar potencialmente semanas o meses probando distintas dietas de eliminación. Como parte del proceso más profundo de autofagia, parece también bastante útil para eliminar o aliviar trastornos autoinmunes de diversa gravedad, consumiendo en el proceso las partes más disfuncionales de nuestro sistema inmune (personalmente, he encontrado esta clase de ayunos enormemente efectivos reduciendo los síntomas de mis alergias estacionales)

Además, es una forma rápida y eficaz de entrar en una cetosis profunda si tenemos pensado pasar a una dieta cetogénica al terminar el ayuno, acelerando el proceso de adaptación a la cetosis.

Finalmente, el hecho de aprender y experimentar que puedes estar sin comer varios días seguidos es enormemente liberador a nivel mental y emocional y es una excelente manera de entrenar nuestra resistencia mental que ha sido practicada desde hace milenios por numerosas culturas a lo largo de la historia de la humanidad.

No obstante, esta forma de ayuno tiene también importantes desventajas.

Para empezar, durante el periodo de ayunas, sobre todo durante las primeras 36 horas en las cuales estás haciendo la entrada al estado cetogénico, probablemente experimentes episodios de muy baja energía, letargia y mal humor, especialmente si no tienes una buena flexibilidad metabólica (capacidad de tu organismo de pasar de quemar como fuente principal de energía grasa en lugar de glucosa), y probablemente experimentes estas sensaciones varias veces de forma esporádica durante el periodo de ayuno.

Es, además, muy habitual en un gran número de personas experimentar una gran dificultad a la hora de dormir durante periodos de ayuno largos.

Otro problema adicional durante los ayunos largos, especialmente los más largos, es que el sistema digestivo se irá adaptando poco a poco a la ausencia de ingesta de alimentos, y por tanto debemos tener cuidado en el momento de romper el ayuno de empezar a introducir alimentos fáciles de digerir y de forma gradual para evitar posibles problemas digestivos.

Los ayunos prolongados conllevarán por definición la ausencia de proteína y otra clase de nutrientes necesarias para recuperarnos adecuadamente de nuestros entrenamientos, y es algo que tendremos que tener en cuenta en nuestra programación y evitar esta clase de protocolos en los periodos más duros de nuestro entrenamiento.

Por estas razones, los ayunos prolongados no pueden realizarse con mucha frecuencia ya que interfieren significativamente con lo que comúnmente se denomina “vida normal”. Al no poder practicarse con mucha frecuencia no son herramientas muy valiosas a la hora de generar un déficit calórico a lo largo del tiempo, y por tanto se usan en general más con fines terapéuticos que como herramienta para perder peso en la mayoría de los casos.

Durante un periodo de ayunas largo, la hidratación además se convierte en un problema a tener en cuenta. En ayunos cortos de no más de 24 horas, la mayoría de personas no tendrán ningún problema limitándose a beber agua simplemente, sin embargo, si vas a prolongar tu ayuno seguramente debas prestar atención a tus niveles de electrolitos. Los electrolitos son unos minerales que el cuerpo utiliza para “mover” el agua dentro del cuerpo y son de vital importancia para el funcionamiento de todos los sistemas del cuerpo, normalmente los consumimos en cantidades más o menos suficientes con la comida y los expulsamos a lo largo del día con la orina y el sudor. Si nos limitamos a beber agua, poco a poco iremos perdiendo nuestras reservas de estos minerales, manifestándose de varias formas como sensaciones de baja energía, mareos, baja presión sanguínea, calambres y tics musculares. Si vas a hacer un ayuno prolongado, seguramente deberías consumir a lo largo del día alguna forma de estos minerales, en forma de cloruro sódico y potásico y probablemente alguna forma de magnesio también.

 

Ayunos secos o “dry fasting”

La última clase de ayuno de la que vamos a hablar en estas series, son los ayunos secos. Durante estos ayunos, se evita el consumo de cualquier clase de líquido y el contacto con ellos (ya que el cuerpo puede absorber agua también a través de la piel) buscando generar un estado  de deshidratación. Algunos practicantes incluso utilizan saunas o ejercicio en temperaturas altas para acelerar y acentuar aún más el proceso de deshidratación. 

Para responder a la grave amenaza para la integridad de prácticamente todos los sistemas de nuestro cuerpo que supone la falta de agua, el cuerpo se verá obligado a iniciar rápidamente procesos de autofagia para producir agua destruyendo varios tejidos del cuerpo entre ellos grasa corporal, con los posibles beneficios que ello puede conllevar, existiendo al parecer una serie de estudios realizados en Rusia (que lamentablemente no he conseguido encontrar en inglés en ninguna parte) mostrando un efecto enormemente positivo en el tratamiento de varias formas de cáncer.

Sin embargo, las desventajas de esta clase de ayuno son importantes. La deshidratación es una condición muy peligrosa para cualquier clase de organismo, provocando en el mejor de los casos un importante deterioro en tus niveles de energía y velocidad de reacción, (por ejemplo, se ha visto que durante el ramadán que es una forma “suave” de ayuno seco, se incrementan los accidentes de tráfico significativamente debido en parte a la deshidratación (Evaluation of the impact of the month of Ramadan on traffic accidents, Utku Murat Kalafat et.al)), o en el peor de los casos provocar eventos cardiovasculares como trombos o problemas renales si el cuerpo no es capaz de responder suficientemente a la deshidratación. Si tienes un historial de problemas renales o de coagulación, te recomendaría encarecidamente que estudiases el tema a fondo antes de intentar esta clase de ayunos

Conclusiones.

Si bien esta clase de ayunos pueden ser interesantes desde un punto de vista terapéutico, su implementación es mucho más problemática que la de los tipos que hemos visto anteriormente. La inmensa mayoría de personas, podrán practicar las dos primeras variantes que hemos visto en esta serie de artículos sin ninguna clase de problema y desde Kaizen Entrenamiento Personal y Nutrición os animamos a experimentar con estas formas de ayuno siguiendo las recomendaciones que os hemos dado. Sin embargo, la práctica de estas últimas formas de ayuno no serán adecuadas para un gran número de personas, y aunque puedas practicarlos de forma segura, son mucho más intrusivos en tu vida cotidiana que las otras formas de ayuno que si puedes practicarlos con regularidad y disfrutar con más frecuencia de los beneficios que el ayuno puede aportarte.  

Por Francisco Martínez Naranjo 13 feb, 2022

Una de las modificaciones dietéticas que solemos recomendar con frecuencia a nuestros clientes, es un incremento de la ingesta de proteínas diaria, lo cual se ha visto es una estrategia muy efectiva a la hora de mejorar la composición corporal ( https://www.kaizenepn.es/articulos/info-proteina-perderpeso https://www.kaizenepn.es/articulo/proteina ). Sin embargo, existe la creencia en determinados círculos de que un alto consumo de proteína puede ser peligroso, especialmente para la salud renal, algo que se ha desmentido numerosas veces en el caso de personas sanas, en gran parte gracias a los fantásticos estudios Jose Antonio y colaboradores, como este del año 2016 https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC5078648/  , en el que podemos ver como una dieta muy elevada en proteína, sustancialmente más de lo que recomendamos en la inmensa mayoría de los casos, es segura a largo plazo en poblaciones sanas. Sin embargo, la seguridad de las dietas altas en proteína para pacientes con enfermedad renal sigue siendo un punto de conflicto en el que aún debemos indagar más.

Afortunadamente, tenemos un nuevo estudio en el que un grupo de investigadores decidieron analizar este tema en concreto, observando la evolución de la salud renal de 4000 pacientes con obesidad con enfermedad renal durante una dieta de pérdida de peso alta en proteínas, viendo evoluciones favorables tanto en su composición corporal como su función renal:

https://www.mdpi.com/2072-6643/14/2/384/htm?fbclid=IwAR1LTFRk5YaJN6zcVe9G1I9oZcC-mEbkfmSxdgUsnpHiRR1IBWGr6aqSUmI

 

#alcorcon #entrenamientopersonal #nutricion #perderpeso #perdergrasa #fatloss #proteina #salud #alimentacionsaludable #comersano

Por Francisco Martínez Naranjo 16 ene, 2022

Actualmente, la situación del mercado laboral ha convertido el empleo público en una opción muy atractiva para muchas personas por su estabilidad y buena remuneración. Una parte importante de las oposiciones para acceder a estos puestos consisten en pruebas físicas, que debido al elevado número de personas que se presentan a estas oposiciones se han convertido prácticamente en eventos deportivos competitivos de bastante nivel a las que hay que llegar con unas cualidades físicas muy desarrolladas, haciendo que llevar una preparación adecuada similar a la de un deportista de elite sea una necesidad indispensable a la hora de superarlas en la mejor posición posible.

En Kaizen te prepararemos para las pruebas que necesites siguiendo los mismos principios de las preparaciones de los deportistas de élite, adaptándonos a tu nivel, disponibilidad y la naturaleza de la prueba. Dado que las pruebas de una oposición son un evento deportivo único anual con una fecha concreta, podemos hacer un planteamiento a largo plazo y estructurado en distintas fases permitiéndonos construir las cualidades físicas que tenemos que demostrar en las pruebas de forma secuencial y racional, maximizando el rendimiento el día de la prueba y minimizando el riesgo de sufrir una lesión.

La preparación para un evento de estas características, cuenta con 3 fases diferenciadas:

-       Fase preparatoria general: En esta primera fase, la más alejada de la prueba, sentaremos los cimientos sobre los que construiremos en el resto de fases, esta primera fase tiene 3 objetivos:

·       Iniciar la adaptación de los tejidos del cuerpo para el trabajo a realizar durante el resto de preparación. Los tendones y articulaciones se adaptan a un ritmo mucho más lento que la musculatura o el sistema cardiovascular, por lo que es muy importante empezar a prepararlos lo antes posible para el trabajo a realizar en el futuro, de no hacerlo, el riesgo de sufrir tendinopatias o problemas articulares por sobreutilización al repetir patrones de movimiento similares con mucha frecuencia, será mucho mayor, y es algo que lastraría o incluso arruinaría completamente el resto de la preparación.

·       Corrección de patrones de movimiento y adquisición de habilidades motoras necesarias para superar la prueba. Dado que vamos a estar expuestos a mucha cantidad de trabajo en ejercicios muy concretos para la preparación de las pruebas, es muy importante que estos se realicen de la forma más eficiente y segura posible. La mejora de nuestra técnica de carrera, o salto, no solo tendrá un efecto inmediato y muy positivo sobre nuestras marcas sino que nos permitirá entrenarlas con más frecuencia e intensidad. También, en las pruebas que consistan en ejercicios complejos, como puedan ser las dominadas o trepar la cuerda, debemos aprender a realizar estos movimientos lo más rápido y correctamente posible para poder empezar a mejorarlos lo más temprano posible en la preparación.

·       Mejora en la composición corporal. Reducir la cantidad de grasa innecesaria que tengamos tendrá un efecto dramático en todas las pruebas que involucren mover nuestro propio peso, que suelen ser la mayoría. Además, reducir nuestro peso total disminuirá el impacto que sufren nuestras articulaciones durante el ejercicio, haciendo que podamos tolerar más cantidad de entrenamiento sin exponernos a un mayor riesgo de lesión. Dado que para reducir nuestra cantidad de grasa es imprescindible seguir una dieta hipo calórica, que puede reducir ligeramente nuestra capacidad de entrenar al máximo nivel, buscaremos realizar estos cambios en nuestro peso lo antes posible en esta fase de la preparación más alejada de la fecha de las pruebas. En kaizen te asesoraremos para que consigas alcanzar este objetivo de la forma más rápida y efectiva posible atendiendo a las necesidades de tu preparación.

-       Fase preparatoria específica: Una vez hemos sentado los cimientos en la fase anterior, en esta nos centraremos en desarrollar al máximo las cualidades físicas necesarias para la superación de las pruebas. Debido a que la superación de las pruebas de una oposición requiere niveles elevados de cualidades físicas distintas, cuyo desarrollo puede interferir entre sí, es necesario diseñar un programa de entrenamiento concurrente que nos permita entrenar estas cualidades con la menor interferencia posible.

Durante esta fase, empezaremos a realizar simulacros de las pruebas para que te vayas familiarizando con los eventos concretos, pero nos centraremos sobre todo en el desarrollo de las cualidades físicas incluyendo mayor variedad de ejercicios para evitar el estancamiento y posibles lesiones por sobreutilización.

Durante esta parte de la preparación, conseguiremos los mejores resultados siguiendo un plan nutricional adecuado que nos permita rendir al máximo nivel y potenciar nuestra recuperación al máximo, siendo la pérdida de grasa algo secundario.

-       Fase de peaking: En esta última fase antes de la competición, nos centraremos en alcanzar la máxima expresión de las cualidades físicas que hemos desarrollado en las fases anteriores en los eventos concretos. Mediante distintas técnicas de entrenamiento conseguiremos maximizar la velocidad, potencia y resistencia del opositor que ha venido desarrollando en las modalidades concretas en que consista su prueba. Desde el punto de vista nutricional, buscaremos llegar en condiciones óptimas de recuperación y adaptación a la fecha de la prueba, pero no buscaremos en la mayoría de los casos cambiar la composición corporal, ya que esto podría afectar negativamente a pruebas que requieran un elevado nivel de coordinación y propiocepción.

Errores comunes y sus soluciones

1-   Empezar demasiado tarde. ¿Cuándo debo empezar a prepararme las pruebas físicas de una oposición?

La respuesta a esta pregunta dependerá del estado de preparación física en el que se encuentre el opositor, pero en general, mientras antes se empiece mejor. Futuros opositores que tengan que hacer grandes cambios en su composición corporal, o tengan alguna lesión o problema pre existente se beneficiaran de iniciar su entrenamiento lo antes posible pues necesitaran de una fase preparatoria general más extensa.

 

2-   Demasiada especificidad en la preparación ¿Por qué no puedo prepararme simplemente practicando las pruebas de la oposición?

En muchos casos las pruebas físicas de una oposición están pensadas para, precisamente, probar las cualidades físicas del opositor, no siendo modalidades de ejercicio óptimas, ni a veces incluso adecuadas, para el desarrollo de estas. Existen además modalidades, como puede ser el caso del salto vertical, en las cuales, no se puede mejorar mucho, ni durante mucho tiempo haciendo el ejercicio específico, siendo en este caso necesario para mejorarlo sensiblemente, incluir entrenamiento de fuerza, pliométricos distintos del propio salto, o mejorar la composición corporal.

3-   Ignorar los otros dos grandes vectores del rendimiento atlético. Nutrición y descanso.

Otro de los errores más comunes que vemos en opositores, es pensar que con entrenar con más o menos regularidad e intensidad van a conseguir los resultados que buscan, pero si de verdad quieres maximizar tu rendimiento, debes vivir como un atleta de elite, eso significa prestar atención tanto a tu nutrición como tu descanso como si tu sueldo dependiera de ello.

4-   No considerar el efecto de interferencia en los distintos tipos de entrenamiento.

No es casualidad que no veamos en las olimpiadas que un mismo atleta consigue el podio en varias disciplinas distintas. La capacidad del cuerpo para adaptarse y recuperarse de los entrenamientos es limitada, y en ocasiones las adaptaciones a distintas clases de entrenamiento pueden entorpecerse mutuamente. Por otro lado, a veces una clase de entrenamiento que estamos realizando para una prueba, puede también cubrir las necesidades de otra, y no tener esto cuenta puede llevarnos a sobre entrenar esa cualidad y fatigarnos en exceso o incluso lesionarnos.

Un ejemplo de este último punto, lo vemos en oposiciones que involucran tanto una prueba de resistencia, como puede ser un kilómetro, como una de potencia como un sprint o salto vertical. Como parte de la preparación para el kilómetro, el preparador incluirá trabajo en cuesta para mejorar la producción de fuerza en la carrera, además del propio trabajo de sprint y pliometría, y probablemente (especialmente si hay varios preparadores involucrados) como trabajo accesorio para los sprints y pliometría, un programa de fuerza adicional.

El propio entrenamiento de sprint unido a un poco de trabajo de fuerza, ya va a suponer de por si un estímulo muy fuerte para incrementar la producción de fuerza durante las carreras más largas, siendo el trabajo de cuestas en este escenario redundante e innecesario en la mayoría de los casos.  Puede haber excepciones, pero en estos casos será siempre mejor ejercer la cautela, y ver más adelante si el atleta se está recuperando adecuadamente si puede beneficiarse de ese trabajo adicional en lugar de empezar con un volumen excesivo y desencadenar una lesión que lastrará toda la preparación.

 


Por Francisco Martínez Naranjo 23 dic, 2021

¿Cuál es vuestro plan de vacaciones de navidad para este año?

Nosotros lo tenemos claro.

 

https://www.cnbc.com/2021/03/31/covid-was-third-leading-cause-of-death-in-us-in-2020-behind-heart-disease-and-cancer-cdc-says.html

https://www.cnbc.com/2021/03/08/covid-cdc-study-finds-roughly-78percent-of-people-hospitalized-were-overweight-or-obese.html

https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC7973108/

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Por Francisco Martínez Naranjo 12 dic, 2021

¿Quieres llegar a enero sin una talla de pantalones de más? Sigue leyendo:

Por Francisco Martínez Naranjo 20 nov, 2021

La composición corporal va mucho más allá de cuestiones estéticas, siendo uno de los parámetros fundamentales que tenemos que tener en cuenta para mejorar y proteger nuestra salud frente a un número inmenso de enfermedades y patologías, entre ellas el COVID 19.

https://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1002/oby.22971

Si quieres saber más acerca de como el ejercicio puede ayudarte a mejorar tu salud, no te pierdas nuestro siguiente artículo:

https://www.kaizenepn.es/articulos/kaizensalud

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Por Francisco Martinez Naranjo 29 oct, 2021

El entrenamiento de fuerza es un añadido de vital importancia en nuestras intervenciones de pérdida de peso, como podemos ver en el siguiente estudio en el que podemos ver como aquellas personas que no realizan entrenamiento de fuerza acaban por perder densidad mineral osea cuando hacen una dieta hipocalórica para perder peso:

https://link.springer.com/article/10.1007/s00198-021-06187-9?fbclid=IwAR1kCMB4jhzEUmqULYorQMjAt7K11KAWGtu64kcq5jy_20stLRe9NPK3aQQ#Tab3

(Pequeña aclaración para los que pinchéis en el estudio y no estéis familiarizados con la terminología anglosajona para distintas clases de ejercicio, el entrenamiento de fuerza en inglés recibe el nombre de resistance exercise, entrenamiento con resistencias externas, que puede ser un poco confuso, siendo endurance exercise el término empleado para referirse a lo que aquí llamamos entrenamiento de resistencia o fondo.)

Si quieres aprender más acerca de la importancia del entrenamiento de dieta cuando quieres perder peso o como prevenir la osteoporosis a través del ejercicio, no te pierdas nuestros siguientes artículos:

https://www.kaizenepn.es/articulos/fuerza-grasa

https://www.kaizenepn.es/articulos/osteoporosis-parte-I

https://www.kaizenepn.es/articulos/osteoporosis-parte-II

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Por Francisco Martinez Naranjo 04 oct, 2021

Más allá de consideraciones estéticas y de rendimiento, nuestra masa muscular es un depósito de salud y resistencia, como podemos observar en el siguiente estudio:

https://clincancerres.aacrjournals.org/content/23/3/658

 

Si quieres aprender más acerca de las formas en las que el ejercicio puede ayudarte a mejorar tu salud, no te pierdas nuestro artículo: https://www.kaizenepn.es/articulos/kaizensalud

 

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Por Francisco Martínez Naranjo 18 sept, 2021
Algunos de los múltiples beneficios de nuestra bebida favorita, y un pequeño consejo para maximizar sus efectos.
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